Acciones biológicas de las HT.


Los valores plasmáticos de las HT no reflejan la acción de la hormona en la célula. Así se ha visto que en el hígado y riñón, la mayor parte de la T3 procede del plasma, mientras que en el sistema nervioso central e hipófisis procede de la conversión local, si bien también se constata que la fracción plasmática desempeña su acción en estos tejidos.
Las HT ejercen su actividad en todos los sistemas del organismo, ya que TR se expresan virtualmente en todos los tejidos. Dado que, cada órgano posee diferente expresión de receptores y de sus isoformas y que también existen desigualdades en la actividad de las desoyodasas, cabe asumir que existan diferencias en la respuesta.

Acciones sistémicas

Metabolismo basal
Refleja el conjunto de la acción sistémica de la hormona. La T3 aumenta el metabolismo basal y promueve la termogénesis y por ello la perdida de peso. Regula el consumo de oxigeno celular por incremento en la respiración mitocondrial, mediante la inducción de cambios en enzimas celulares, transporte de electrones y síntesis de proteínas. Estimula la termogénesis mediante fosforilación oxidativa desacopladora, lo que produce disipación de energía en forma de calor. Se ha visto que el frío también induce la actividad de D2.

Proteínas séricas
Los cambios en la función tiroidea modifican las concentraciones de proteínas y enzimas séricas. Como por ejemplo de la proteína transportadora de hormonas sexuales (SHBG), la enzima convertidora de angiotensina (ECA) y albúmina.
Esta última puede estar aumentada en el hipertiroidismo y disminuida en el hipotiroidismo.

Metabolismo de los lípidos
Las HT tienen diferentes acciones metabólicas en diversos tejidos diana, cuyo resultado global es un descenso en la concentración plasmática de colesterol total. La T3 induce las enzimas lipogénicas, especialmente la enzima málica. Acelera la acción de HMG-CoA reductasa y aumenta los niveles de apolipoproteína A1. También contribuye a la expresión de los receptores de VLDL (cerebro, músculo, tejido graso y corazón). Las HT aumentan la excreción biliar del colesterol.

Metabolismo de la glucosa
Las HT aumentan la captación de glucosa. Se ha descripto que el transportador de glucosa GLUT4 está regulado por T3.

Metabolismo de las vitaminas
Las HT aumentan la demanda de coenzimas y de las vitaminas de las cuales derivan. La síntesis de algunas enzimas a partir de las vitaminas requiere de HT. Por ejemplo la síntesis de flavina mononucleótido (FMN) y de la flavina adenina dinucleótido (FAD) a partir de la riboflavina, requiere el efecto estimulador de las HT sobre la enzima flavoquinasa.
También influyen sobre el metabolismo de las vitaminas liposolubles. Las HT son necesarias para la síntesis de la vitamina A, a partir del caroteno y para la conversión de la vitamina A en retineno, pigmento necesario para la adaptación a la oscuridad.


Acciones periféricas

Hipófisis
Las HT, particularmente T3 suprime la secreción de TSH por parte de las células tirotropas hipofisiarias. Regula negativamente la trascripción tanto de genes de la subunidad α como  β; mecanismo mediado por la desyodación intracelular de T4 en T3.

Gónadas
Las HT provocan variaciones en las concentraciones de SHBG, lo que implica cambios en la fracción libre de las hormonas sexuales. En el hipertiroidismo aumentan los niveles plasmáticos de SHBG, provocando irregularidades menstruales e impotencia.

Tejido nervioso y cerebro
Las HT tienen un papel fundamental en el desarrollo del cerebro del feto en el útero (se sintetizan a partir de la semana 11 de gestación) y después durante el periodo neonatal. Una de las proteínas reguladas por T3 es el factor de crecimiento neural (NGF), mediador del desarrollo psicomotor, así como también de otras proteínas y glucósidos del axón que participan en la mielinización.

Hígado
Las HT tienen múltiples efectos sobre el hígado, incluyendo el estímulo de las enzimas que regulan la lipogénesis y la lipólisis. Inducen las síntesis de transaminasas (GOT y GPT), de proteínas plasmáticas (albúmina) y de la enzima málica.

Hueso
Las HT son fundamentales para el desarrollo y crecimiento normal del hueso. Estimulan tanto la osteogénesis como la osteólisis. El estímulo de la osteogénesis lo realiza directamente a través del estimulo de proteínas implicadas en la formación de la matriz ósea, como la fosfatasa alcalina, osteocalcina y colágeno. El estímulo de la osteólisis lo realiza indirectamente a través del efecto paracrino de factores secretados por los osteoblastos que activarían a los osteoclastos que son los que median la resorción ósea.

Corazón
Las HT tienen un efecto inotrópico y cronotrópico positivo a través de la inducción de la síntesis de la piruvato deshidrogenasa que sumado a las acciones sobre las mitocondria y la bomba de Na+/K+ ATPasa disminuye la resistencia vascular sistémica.
Estos efectos se deben a la capacidad de las HT para intensificar la síntesis total de proteínas, algunas de las cuales son de crítica importancia para la función cardíaca como la cadena pesada de la miosina. Además las HT pueden regular el número de receptores B-adrenérgico en el corazón, incrementando la sensibilidad a catecolaminas.

Músculo esquelético
Favorece la acción contráctil, la biosíntesis de miosina y de enzimas lisosómicas. Aumenta la actividad de creatinínquinasa. También facilitan la captación de glucosa.

Tejido adiposo
Las HT tienen un papel importante en el desarrollo y función en el tejido adiposo blanco y pardo. Pueden inducir la diferenciación del tejido adiposo y estimular la proliferación de los adiposito desde los preadipositos. Estas células expresan TR α1 como TR β1, siendo predominante el primero. Como ya se ha indicado T3 regula el consumo basal de oxigeno, el almacenamiento graso, la lipogénesis y la lipólisis.

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